La deserción escolar en Ecuador impulsa a los jóvenes hacia las bandas criminales
La deserción escolar en Ecuador ha alcanzado niveles alarmantes, y muchos jóvenes que abandonan las aulas están siendo reclutados por bandas delictivas, exacerbando la crisis social del país.
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7/18/20241 min read


La deserción escolar en Ecuador es un problema crítico que afecta tanto a la calidad de vida de los jóvenes como a la seguridad del país. A medida que los estudiantes abandonan la escuela, muchos se ven atrapados en un ciclo de pobreza y falta de oportunidades que los hace vulnerables a la influencia de bandas delictivas.
En Ecuador, la tasa de deserción escolar ha sido una preocupación constante. Según datos recientes del Ministerio de Educación, cerca de 64,024 estudiantes en la Costa y Galápagos no se matricularon para el ciclo académico 2023-2024, y en la Sierra y Amazonía, la cifra alcanza los 38,238 estudiantes. Estas cifras reflejan una disminución significativa en la matriculación y un aumento en la deserción escolar.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) reporta que el 4.1% de los niños y adolescentes en edad escolar abandonan la escuela cada año, con la falta de recursos económicos (24.5%) y el poco interés por estudiar (23%) como las principales causas. Además, el trabajo infantil y la migración son factores contribuyentes importantes.
La deserción escolar tiene consecuencias devastadoras no solo para los individuos, sino también para la sociedad en general. Uno de los efectos más alarmantes es la inserción de jóvenes en bandas delictivas. La falta de oportunidades laborales y educativas hace que estos jóvenes sean presa fácil para las organizaciones criminales, que les ofrecen una aparente salida rápida a sus problemas económicos.
Según un estudio del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ecuador, muchos jóvenes que abandonan la escuela terminan uniéndose a bandas delictivas. Estas organizaciones se aprovechan de la vulnerabilidad de los jóvenes, ofreciéndoles dinero rápido y un sentido de pertenencia que no encuentran en otros lugares. En algunos casos, estos jóvenes son forzados a participar en actividades delictivas, como el tráfico de drogas, robos y extorsión.
La relación entre la deserción escolar y la inserción en bandas delictivas es compleja y multifacética. Mientras más jóvenes abandonan la escuela, mayor es la disponibilidad de individuos dispuestos a participar en actividades ilícitas. Esta tendencia no solo aumenta la criminalidad en el país, sino que también perpetúa el ciclo de pobreza y exclusión social.
En comparación con otros países de la región, Ecuador enfrenta un desafío significativo en términos de deserción escolar y delincuencia juvenil. Países como Chile y Uruguay han implementado programas efectivos para reducir la deserción escolar y ofrecer alternativas educativas y laborales a los jóvenes en riesgo. Estas iniciativas incluyen programas de mentoría, capacitación técnica y profesional, y apoyo financiero para estudiantes de bajos recursos.
